¡ES REAL!
Kaila, tenía 13 años. Vivía en una aldea de Transilvania. Su casa era muy vieja y enorme, como las que salen en las películas de miedo. Por la noche, oía ruidos que venían del desván. Una noche, decidió ir a ver que era. Como el desván era enorme, tardó en registrarlo. A lo lejos, vivió una sombra que se movía rápido. Bajó y, cuando tocó el manillar de la puerta, la sombra le clavó un hacha en la espalda y gritó, ¡POR SUBIR!